La tarea de Camila Joselevich ha sido estudiar las relaciones entre religión, discurso y poder, especialmente las relaciones entre los contenidos de las cartas de Pablo de Tarso y los heresiólogos del siglo III —un atisbo de ello es su libro Heresiologías (2024)—. Agnóstica, en enero de 2019 tuvo una experiencia de naturaleza espiritual. Javier Sicilia le pidió plasmarla para este número sobre mística. Su dedicatoria es un precioso resumen de esa historia:
Enero de 2019
Remendado hacia junio, olvidado en noviembre.
Aumentado en enero de 2020, vuelto a zurcir en octubre.
Abandonado por cuatro años y recuperado esta tarde de agosto, por culpa de Javier Sicilia, a quien lo dedico con inmenso agradecimiento
De existir, diosx sería ahí cuando coinciden entre sí las sonrisas. Muy especialmente el entendimiento compartido de la ironía. Cuando las pupilas de mi amiga. Esta complicidad.
Resonancia. Silencio. Toma de la palabra.
De existir, sería no un acorde, sino ahí cuando el acorde irrumpe en una vena y agita la sangre, cuando pone a vibrar los huesos y los quiebra por la mitad y los reúne otra vez. Ahí cuando el canto colectivo; las voces que avanzan juntas desde la garganta de unxs hasta los cuerpos y la memoria y el olvido y la historia de lxs otrxs. Sería, por tanto, el baile que sigue, el retumbar conjunto, la concurrencia, la sincronía.
La tierra debajo.
La montaña que sabe.
Esfuerzo conjunto, grito al unísono, (d)enunciado, fuego, pancarta, quemen todo. Ahí cuando también el calendario se ha incinerado. Cuando la renuncia. Cuando el tiempo perdió propiedad.
De existir, diosx sería ahí cuando la piel otra ha dejado de ser ajena sin dejar de serlo. Amalgama de distinguibles, fusión de infusionables. Tomarse prestado a sí mismx. Respiración común, humedad, hundirse, saliva, ahogarse, desbaratarse. De existir, diosx no aterrorizaría al cuerpo deseante ni sembraría culpa en él, en ningún caso. No querría nunca hacerlo.
(Aunque en verdad tampoco podría.)
(Sería, sí, también incapaz.)
Metonimia común y compartida, borde en la arcilla marcada. Retrazar el trazo ajeno, incorporar cauces extranjeros, hospedaje en el exilio.
Ser legión.
El reverso del plato. Azulejo partido. Tepalcate y universo; el tepalcate universal. Cuando la fisura. Donde pusimos aquel ramo de flores de manzanilla en la pared quebrada de ese templo extraño en el Centro al tiempo que pensábamos la idea de transformar, o dejar ir, o algo parecido que ya olvidé.
De existir, sería el acontecimiento escucha. Atender, tender-hacia, intentar. Intentar de nuevo. Sería ahí cuando el sonido que empuja. La savia sónica cuando forja rutas de sentido.
De existir acaso, entonces, diosx sería un radical incorporar e incorporarse. Ahí cuando la voz de lxs otrxs en la propia garganta. Reconocer la ficción de la singularidad. Ahí cuando lo que hay y lo que somos son otrxs, desde la sangre hasta la acústica.
Por ello, también, de existir, sería nuestrxs muertxs.